"La vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarte a quien te abrace y quien no quiera abrazarte pues que no te abrace y punto, y no pasa nada, él se lo pierde."

lunes, 28 de noviembre de 2011

Que les den a las relaciones. Que les den a los celos, a las paranoias, al compromiso, , a los enfados, a las discusiones, a las explicaciones, a las lágrimas, a las preocupaciones, al "si tú saltas, yo salto", a las palabras bonitas, a los abrazos, a las caricias, a los besos dulces...

Que viva el caos, el libre albedrío, las carcajadas, el "aquí te pillo, aquí te mato", la libertad, las amistades, los sábados sin preocupaciones, las deudas saldadas, las sonrisas regaladas.


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces, ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, y a veces, yo también la quería.
Como no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo, sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla?
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo, a lo lejos alguien canta, a lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla, mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de antes, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz busca el viento para tocar su oído.

De otro, será de otro, como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro, sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos los últimos versos que yo le escribo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Amor:

-Según el diccionario es un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiesta en los seres con la capacidad de desarrollar inteligencia emocional.
-Según Picasso es el mayor refrigerio de la vida.
-Según Aristóteles es un corazón que habita en dos almas.
-Según Borges es una religión cuyo dios es falible.
-Según Ghandi es la mayor fuerza del mundo y la más humilde; todo aquello que dura el tiempo exacto para que sea inolvidable.
-Según Platón es sentir que el ser sagrado late dentro del ser querido.
-Según Quevedo es fe y no ciencia.
-Según Shakespeare es aquello que no se mira con los ojos, sino con el alma.
-Según Lope de Vega es algo que tiene fácil entrada pero difícil salida.
-Según Oscar Wilde es en el que se perdonan los errores y siempre es fiel.
-Según un proverbio español es una palabra de dos sílabas, dos consonantes, dos vocales y dos idiotas, dónde los celos son sus compañeros.
-Y según Antía Fernández eso que sientes hacia una persona especial, que lleva a cometer actos irracionales, a hacerle caso a un órgano cuya función única y exclusivamente es bombear sangre, y que ha llevado a la miseria, e incluso a la muerte a más de uno.

El amor en sus buenos momentos es incluso bonito. Te sientes en una nube, te resbala la cara de idiota que tienes, y no dejas de pensar en la persona a la que le corresponde ese sentimiento en ningún momento: deseas estar con ella, besarla, abrazarla, mirarla, acariciarla...
Pero después están sus partes malas: dolor, rabia, celos, engaños... O simplemente, amor no correspondido.
Lo difícil no es amar a alguien, lo difícil es que ese alguien te ame a ti. Y cuando tienes la suerte de aparentemente haber dado con esa persona, si ese sentimiento no es verdadero, llega la tormenta, te joden.
Y es posible olvidar por completo a alguien? Quién sabe, pero desde luego, cuando te enamoras y te sale mal, lo ves imposible. Pero tranquilo, pasará, encontrarás a alguien, quizás hoy, o quizás mañana, y puede que te vuelvas a enamorar, pero si has amado de verdad, aunque ya no sientas nada por esa persona, nunca se te borrará de la memoria que un día fue un pilar importante en tu vida.

El amor no es para siempre, aprovecha mientras dure, y cuando pase, no te hundas, recuerda que aparecerá alguien que te ayudará, que estará a tu lado, y quién sabe, quizás te ayude a olvidar a esa persona por la que un día lo diste todo... Y más.

viernes, 15 de julio de 2011

Reflexiones de días solitarios.

Te han dado plantón otra vez y piensas: debo de tener un don para que a la gente siempre le surja algo y me deje tirada. Pero lo cavilas bien y te das cuenta de que quizás lo que necesitas es estar sola, despejarte. Entonces decides ir a tu habitación, ponerte los cascos, pillar tu cajetilla de tabaco y robarle la bicicleta a tu hermano. Ya sabes a dónde ir, no hace un día de calor pero se está bien en pantalones cortos. Coges rumbo a tu playa preferida. Quizás por lo resguardada que está, quizás por que estás segura de que no habrá nadie. Cierras el portal y empiezas a pedalear.
Cuando por fin llegas, solo ves a una persona: un hombre mayor que pasa sus ratos libres pescando y que seguramente vive en una de las casas de la zona.

La marea está alta, aunque bajando. Hay poca arena seca por donde caminar sin hundirte y hay más algas que de costumbre, lo que le da una imagen bastante descuidada y desagradable a la playa, pero aún así, te quedas allí, y te sientas en unas rocas, debajo de un árbol.

Enciendes un pitillo. No es que seas fumadora habitual, solo de vez en cuando. Es extraño que no tengas vicio, ya que puedes estar tanto dos días fumando 6 pitillos al día como pasar dos meses sin probar uno. No es que te llame el sabor, para nada, pero te relaja. Te concentras en tu música. Es increíble como tu entorno se adapta al ritmo de Stop crying your heart out, de Oasis; parece que hasta las olas siguen los acordes de la parte final.

La tranquilidad y aislamiento que te proporciona la playa y la música, hace que te pares a pensar en todo lo que ha pasado en el último año, y llegas a la misma conclusión de siempre: te has dejado manipular. Y entonces suena Girl, de los Beatles, y en tu cabeza resuenan siempre los mismos versos:

When I think of all the times
I tried too hard to leave her
she will turn to me and start to cry
and she promises the earth to me
and I believe her
after all this time I don't know why.

Y te preguntas por qué siempre es lo mismo. La caga, y después, con unas palabritas, te vuelve a enamorar y tú le perdonas todo y más, aún sabiendo que no es sincero. Y cuando te rallas porque en el fondo sabes que solo te está utilizando, la gente te dice: "pero Antía, tú vales mucho más, hay miles de tíos que darían lo que fuera por estar contigo". Pero no saben de lo que hablan. No es tan fácil. Y no es porque los demás no cumplan tus expectativas, no. Es porque tú, en el fondo, lo único que quieres es estar con él. Te esfuerzas por convencerte de que esta vez funcionará, de que no te va a hacer daño, pero cada vez ese esfuerzo va surgiendo menos efecto, y te vas dando cuenta de la triste realidad.

Suena Hurt, de Jonnhy Cash, y todo se paraliza. Enciendes otro pitillo. Y no piensas en todo el daño que te ha hecho, sino en todo el que dejaste que te hiciera. Recuerdas todo: las mentiras, los enfados, las "reconciliaciones"... Y entonces, se te cae una lágrima, la primera en mucho tiempo. Te recuerdas a ti misma que habías prometido no volver a llorar por él, y te la secas rápidamente. Se acaba la canción, y la vuelves a poner, es quizás la más bonita que has escuchado en mucho tiempo.

La siguiente es Pieces, de Sum 41. La frase que más te llama la atención es la que dice And I'm trying to let you know that I'm better off on my own. Y te empiezas a rallar la cabeza. Siempre es la misma historia: ni contigo, ni sin ti. No te entiendes. Cuando no lo tienes, lo echas en falta, y cuando está contigo, como ahora, te agobias. Y piensas: no será un simple capricho y no un enamoramiento? No, no. Un capricho no puede durar tanto tiempo, no puede ser... Tan intenso. Nunca has sufrido tanto por alguien. Los caprichos vienen y van, y no dejan huella. Pero él sí, él si que te ha dejado huella. Te das cuenta cada vez que escuchas una canción y te recuerda a él, cada vez que ves sus antiguos mensajes que guardas a escondidas y sonríes, cada vez que pasas por ese lugar y te acuerdas de aquel momento... Y se te viene a la mente esa vez que tú misma dijiste: "las canciones no me hacen llorar, sino los recuerdos que me traen".

Y después de unas cuantas más, suena Don't be afraid, you're already dead, de Akron/Family. Rememoras lo mucho que te hizo llorar esa canción en su momento. Y piensas que quizás, dentro de unos años, te rías al recordar lo estúpida que fuiste, pero por otra parte, estás segura de que, por desgracia, esto va a durar, porque algo así no se olvida tan fácilmente.
Después de un último pitillo, te levantas, y te diriges hacia tu bicicleta, mientras te repites miles de veces: don't be afraid, it's only love.

Love is simple... Los cojones.

martes, 5 de abril de 2011

Sabes lo que te pasa? No tienes valor, tienes miedo; miedo de enfrentarte contigo misma y decir "está bien, la vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad". Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje, y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tú misma te la has construido y en ella seguirás vayas a dónde vayas, porque no importa a dónde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.

-Desayuno con diamantes.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Así es al vida.

No soy perfecta, cuando algo va mal, cada palabra que sale de mi boca lo estropea aún más. Le doy mil vueltas a todo una y otra vez, y pocas veces me paro a pensar en lo que hago. Me gusta el romanticismo pero no ser romántica. Soy celosa y envidiosa, pero sobre todo paranoica. Tengo miedo al rechazo, a perder a alguien, a cometer cualquier gilipollez y cagarla. Nunca me hago ilusiones ni soy positiva para no llevarme un chasco. Soy borde con los que más quiero pero también sé pedir perdón cuando me arrepiento de serlo. Voy siempre a mi bola, odio que me manejen, pero me gusta sentir que le importo a alguien. Soy tímida, no me gusta hablar de mis sentimientos y me cuesta demostrarlos.
Pero sé qué es el amor. Sé lo qué es querer a alguien, que cada momento, cada expresión, cada lugar, cada canción, incluso cada farola te traiga recuerdos. Conozco a la perfección esa sensación de vacío cada día; de emoción cuando oyes un mensaje y de decepción cuando ves que no es suyo; de celos cuando te preguntas dónde y con quién estará; de estupidez por darte cuenta ahora de los errores que has cometido; de impotencia por no ser capaz de expresar lo que realmente sientes; y sobretodo, esa sensación de rabia, tristeza, melancolía y desesperación a la vez cuando piensas en un momento en concreto y te das cuenta de que lo más probable es que no se vuelva a repetir.