"La vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse; la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, y abrazarte a quien te abrace y quien no quiera abrazarte pues que no te abrace y punto, y no pasa nada, él se lo pierde."

jueves, 19 de abril de 2012

Sopla el viento, el sonido de las olas acompaña al de los árboles en movimiento mientras mi cigarro se consume. Es este el único lugar sobre la faz de la tierra en el cual, por un momento, olvido mis problemas... Y lo echo de menos.
La lluvia no me permite ir, y en este mismo instante lo necesito, lo necesito muchísimo...

Poco a poco voy viendo como estoy haciendo que las personas que quiero se alejen de mí, y el problema soy yo. Por qué soy así? Por qué no me abro a los demás? No me gusta hablar de mis sentimientos, aunque me esté matando por dentro y eso, aunque me los calle para parecer más fuerte, no hacen más que demostrar lo débil que soy.

He pasado por muchas cosas, y con el tiempo he aprendido a callarme mis sentimientos y a escuchar los de los demás, pero estoy harta. Eso sólo hace que se me acumulen dentro, y que con lo más mínimo, explote, grite, llore, rompa cosas, como una loca... Pero no me sale, no quiero parecer frágil, no quiero que nadie piense que puede utilizarme, jugar conmigo y con mis sentimientos, y para eso, qué mejor que parecer que no tengo? 
La única persona a la que me gustaría contarle con todo lujo de detalles lo que se me pase por la cabeza, no hago más que fallarle... Y por qué? Quizás por hacerle creer a la gente que yo también sé engañar, sé jugar con las personas... 

Necesito tanto ese lugar... Y le necesito tanto a él... Madura Antía, madura.